Descripción
La centolla, curioso crustáceo que migra a lo largo de decenas de kilómetros por las aguas frías del fondo, es una involuntaria ayudante de los marineros, que interpretan sus movimientos para prepararse ante los cambios climáticos. Porta un curioso jardín de algas sobre su caparazón.
Nos encontramos ante un crustáceo decápodo de gran tamaño propio del litoral atlántico, aunque también puede observarse en aguas del Mediterráneo occidental. Su rostro está formado por dos grandes espinas en forma de V, mientras que sus patas presentan abundante pilosidad. Por otra parte, cuenta con una característica coloración marrón tirando a rojiza y anaranjada.
La centoll@ como el resto de cangrejos es vulnerable durante la muda, por lo que se vuelve gregario durante esa época, presumiblemente para defenderse de los depredadores.
Se alimenta de estrellas de mar, algas, moluscos, erizos, invertebrados del fondo marino como los pepinos de mar y peces, sobre todo planos como el lenguado.